IMNOMBRABLE //POR Follen Kat

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Hoy es uno de esos días en que quisiera reescribir mi historia, echar a andar hacia atrás mis pasos y retroceder a aquel tiempo en donde las cosas eran sencillas, en donde la saturación del pensamiento no agobiaba mi mente. Ahora estoy demasiado cansada para pensar, los tobillos y las manos me duelen al punto de no sentir mas dolor, sino sólo la sensación de que mis extremidades se hayan presentes.

Se abre una puerta, el resplandor que ingresa a la habitación hiere mis ojos, ya me había habituado a la oscuridad, un aroma que reconozco invade por completo el lugar, llenando con su presencia todos mis sentidos. Se quién es, no necesitan decírmelo, ha llegado por mí, "¿es ahora tiempo?" me pregunto, un ancestral instinto me invade, mi cuerpo reacciona independiente a mi conciencia. Ahora es completamente entendible la separación del cuerpo físico con la mente.

No tengo miedo, la esperaba, deseaba con ferviente intensidad su frío beso, como aquel, el primero de un día de invierno que sentí en mis labios. Recuerdo bien ese momento, es casi como si hubiese ocurrido hace un instante. Vestía de negro y el color pálido de su piel combinaba con el blanco de la nieve en la colina, la única persona en el lugar; se hallaba de pie, delgadísima, observando con azul mirada vacía hacia un horizonte lejano, parecía no estar ahí sin embargo su presencia era tan intensa que se esparcía por el aire obligando a detener mis pasos para mirarla. Así lo hice sin saber que mi vida cambiaría por completo en ese momento, ya nada sería igual que antes pues todo en adelante resultaba sorprendente.

Me acerque hacia ella, sentí frío pero había algo que poderosamente me llamaba, era como una voz sin sentido que gritaba mi nombre sin ningún sonido; cuando retome la conciencia ya me encontraba parada a su lado, mirando como ella lo hacía a una nada distante. "Te esperaba” dijo con una voz que me sobrecogió el alma, era como el murmullo del viento que mece las hojas por el suelo de un bosque o como el batir de las alas de un cisne sobre el hielo, el sonido de su voz sólo podría compararse con los ecos de la naturaleza pero matizados con una humanidad sobrenatural, -¿Qué es lo que haces?- pregunté con timidez, pareció no escucharme pues no hubo respuesta a mi cuestión en ese momento. Sólo me miro a los ojos por largo rato, no necesito hablar, pues su mirada decía tantas cosas, entonces rompió el contacto visual y respondió enigmáticamente "escucho al otoño partir". Entonces recordé donde la había conocido. Ella venía a mí en sueños, cada noche ahí estaba, algunas veces callada, otras distante, pero siempre estaba ahí presente, acompañándome en mis sueños tranquilos y confortándome en las pesadillas. Pero ahí, en el campo de nieve era la primera vez que su forma física era palpable, -¡Déjame ir contigo!- suplique emocionada, volvió a mirarme, sonrió casi de manera imperceptible, entonces fue que me besó con esos fríos labios, que por un momento parecieron entibiarse, "aún no es tiempo" dijo dando media vuelta para alejarse andando con un suave paso.

Me quede ahí, observando como su frágil figura se perdía en la distancia. Era el inicio del fin. Después la encontré muchas veces en distintos lugares o quizá sería que ella me encontraba; sin estar consciente el lazo que nos une se hacía mas fuerte, entonces me deleitaba pensando en los lugares que ella conocía, pensaba también en la gente que había sido tocada por su mano, sentía celos de estos seres pues sus dedos no me habían tocado; sin querer me había enamorado de quién no debía, de esos ojos de felina forma y azul color. Enamorada de quién no debía.

Fui creciendo y los encuentros se hacían frecuentes, ya no me acompañaba sólo en mis sueños, sino que cada vez se hacía más presente, entonces yo compartía con ella detalles simples de mi vida y ella me escuchaba. En muchas ocasiones lagrimas corrían a ríos por mis mejillas, quizá sería por algún episodio de infantil inocencia dolorosa, entonces su mirada sincera me tranquilizaba, "¿vale la pena que llores?" decía con esa voz que mil veces me arrebata y entonces mis problemas se hacían nulos, tenía razón, el tiempo me lo enseñaba. Otras veces era ella quién parecía estar más sombría que lo habitual, era en esos momentos que permanecía mucho tiempo conmigo y sólo una vez dijo algo que tiempo después entendería "...aun era muy niño" musito con tristeza en el rostro, para no volver a decir nada, entonces yo la abrazaba, para que el calor de mi corazón confortara a su ser.

Me volví adicta, necesitaba su presencia para vivir pues sufría con su ausencia y cada vez que regresaba mi alma volvía a estarse quieta, era entonces que sentía estar completa. Con cada encuentro ella tomaba más confianza y revelaba poco a poco historias de su existencia, cuentos sin tiempo de lugares que sólo en sueños yo conocería, así en mi mente se recreaban cada uno de los pasajes que ella relataba con su voz de mareas y viento, entonces imaginaba una vida en común, quizás no en este plano, sino en uno paralelo donde pudiésemos estar juntas siempre, se había vuelto la sangre en mis venas y el aire en mis pulmones, era inimaginable la vida sin ella. "Piensas demasiado en mí" me dijo un día y sentí que todo el mundo bajo mis pies se tambaleaba furiosamente, pues sabía con plena certeza lo que significaban aquellas palabras, ella me estaba preparando y yo me rompía en pedazos, desesperada le suplique que no me abandonara pero no le pedí razones de esta decisión, la amaba demasiado como para atarla. Entonces su rostro se torno indescifrable "...no te dejaré lo prometo, estaré siempre contigo", yo sabía que esto era cierto pero también sabía que el momentáneo alivio que me producían sus palabras pronto terminaría, como se acaba un día que no volverá jamás.

Así fue, pues los encuentros se fueron espaciando y en agonía yo esperaba al siguiente que siempre era cada vez más breve, con ello sentía que se me agotaba el aire, sin ella no era nada. Los periodos entre nuestros encuentros se hacían largos hasta llegar al punto en donde empecé, como en el inicio, a verla solo entre sueños, entonces quería dormir por siempre, pues la melancolía se había arraigado muy profundo en mi ser. Me dolía no sentirla cerca y los días transcurrían lentamente a meses que se convertían en años interminables. Poco a poco me fui acostumbrando a la oscuridad de su distancia, porque sólo en lo negro de la noche podía ver en mi mente su imagen con total claridad, pues los finos rasgos de su persona se habían tallado en relieve en mi memoria. Algunas veces el sonido de su voz endulzaba mis oídos "no estas sola, estoy contigo" creía escuchar, encendiéndose así la esperanza con un fuego nuevo que iluminaba la oscuridad en la que vivo, pero esta llama pronto se extingue para sumergirme nuevamente en las tinieblas de mi ser.

Por ello me encuentro exhausta, pero ahora estoy feliz, pues sé que es tiempo ya, ella me observa con mirada gentil y extiende sus brazos para esperarme, mientras que en sus labios se forma una bella sonrisa que ilumina su rostro, "Tu tiempo aquí finalizó, y lo que hemos deseado tu y yo por fin ha de cumplirse. Tantas veces pediste venir conmigo y tantas veces me negué a llevarte produciéndome dolor, sentimiento que me era desconocido, pues en mi existencia los sentimientos eran nulos, pero aprendí a sentir contigo amor, tristeza y compasión, gracias a ti vivo. Siento haberte causado pesar en mi ausencia, pero era necesario que tú cumplieras con tu ciclo, por ello me negaba pero ahora estaremos juntas por siempre..." dijo esto en un claro susurro de voz antigüa mientras sus brazos estrechaban mi cuerpo y sus labios cubrían los míos con un beso cálido, diferente a aquel primero que me robó el alma.

En ese momento el resplandor que había ingresado a la habitación con ella, iluminó por completo todo haciendo que las cosas perdieran sus formas, solo para ser ella lo único importante, ella radiante, ella en su forma original. Dejé de sentir frío o dolor y la necesidad de respirar no lo era más, sólo cerré los ojos por un momento mientras sentía que una inmensa felicidad me envolvía, no estaría sola nunca más, ahora estaría con ella por siempre, para amarla por una eternidad, sería como ella....Innombrable.


-  Fin.  -